Testimonios

JAVIERA CALABRANO

El 15 de mayo del año pasado, Javiera Calabrano se trasladó al Hospital San José, ya que estaba a punto de dar a luz a Benjamín. Pese a sentir fuertes contracciones y mostrar todas las señales de que estaba lista para parir, la dejaron esperando varias horas en la sala de preparto sin entregarle información. En ese intertanto, a Javiera no se le entregó la debida contención, se le practicaron maniobras sin su consentimiento, se desatendieron sus dolores y advertencias de que algo no estaba bien, además de recibir malos tratos durante todo este tiempo por parte del personal de salud, para finalmente ocultarle el verdadero estado de salud de su recién nacido, el cual era delicado, la llevaron sin su hijo a la sala de maternidad donde estaban las demás madres junto a sus bebés. Lamentablemente, su hijo Benjamín sufrió una asfixia y falleció a los pocos días de nacer. Ella fue víctima de violencia obstétrica y su caso es uno de tantos en los que las mujeres y las personas gestantes son víctimas de esta silenciada forma de violencia de género.

ZAIRA OLIVA

En la mañana del 11 de mayo de 2015, Zaira Oliva llegó al Hospital San Borja Arriarán, con síntomas de parto, ahí recibió discriminación por su nacionalidad peruana, fue humillada, y maltratada, dejada a su suerte y sin alimentación por 48 horas, haciendo caso omiso a sus advertencias de que ya no sentía a su bebé y que los dolores eran insoportables, recibió más de 20 tactos vaginales de distintos equipos y estudiantes, se le practicó maniobra de Kristeller, se le trató de sucia practicándole una enema, donde se le dejó botada en Minuta intervención 2 de junio de 2021, una ducha fría y sin ayuda. El día 13 de mayo nació su hijo Daniel con asfixia perinatal grave y bradicardia, teniendo como consecuencia grave daño neurológico y físico de carácter irreversible, falleciendo a los 8 meses en la UCI del mismo hospital. 

ESTO SE DEBIÓ HABER EVITADO

Y son solo algunos de los miles de testimonios que hemos recibido. 

La violencia obstétrica no puede seguir afectando la vida de mujeres y recién nacidos en Chile ni el el mundo, ya que sus consecuencias se prolongan en la vida de las personas afectadas, dañando su bienestar físico, mental y emocional.

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